Continuando con los cuentos,mi mama cuando yo era chiquita me contaba un relato en el que ahora me veo, la verdad, reflejada:
"En un remoto lugar de Méjico, vivía una familia, el papá, la mamá y cuatro hijos, dos niñas y dos niños, con pocos medios. La mayor de las muchachas, Maria Fernanda, tenía la ilusión de convertirse en alguien importante. Para ello, tuvo que emprender un largo camino hacia Estados Unidos, con el poco dinero que sus papas la podían prestar.
Para comenzar su camino, tuvo que dejar atrás a toda su familia, y la dió mucha pena. Empezó a andar, y el segundo día se encontró con una muchachita en su misma situación, y decidieron continuar el camino juntas. Se hicieron muy amigas, se contaban sus preocupaciones, sus pensamientos,... Anduvieron mucho juntas, pero hubo un día en el que la amiga cayó enferma. Afortunadamente había un joven en un pueblecito cerca que la ayudó. Ese muchacho tenía una pasión, la medicina, por lo que decidió emprender camino con las dos jóvenes. Maria Fernanda no tardó mucho en enamorarse de él, al fin y al cabo, estaban luchando por el mismo sueño. Por el camino conoció a mucha gente muy interesante, a su mejor amiga, a su pareja y a muchas más personas que la hicieron olvidar su tristeza y el esfuerzo que estaba haciendo. Sin darse cuenta, la felicidad que pensaba encontrar en la ciudad la había alcanzado en el camino.
Finalmente, su caminó desembocó en la gran ciudad. Ella había imaginado todo aquello muy diferente. No era como su pequeño pueblecito mejicano, sino que todo el mundo trataba de ser exitoso sin importar como lo consiguiera, nadie miraba a las personas que les rodeabany si la miraban, lo hacían mal al notar su procedencia... Con mucho esfuerzo llegó a lo que tantas veces había soñado, a ser alguien importante pero, se dió cuenta de que en ese momento no era feliz. Tenía a su novio y a su mejor amiga, pero se dió cuenta de que el llegar a su meta no la había hecho feliz".
Mi mamá siempre acababa este cuento diciendo que en ese momento era muy chiquita pero que cuando creciera, no me olvidara de que la felicidad es un trayecto, no un destino; de que si lloras por haber perdido el Sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas. La verdad es que ahorita pienso todos los días en esto.
¿Habían escuchado esta historia alguna vez? ¿Se sienten identificados con esa frase tanto como yo?